Una idea de paisaje. La Línea, Cádiz. Marzo/junio 2022

El paisaje es una proyección emocional, existe y se construye dentro, pero es también el espejo donde miramos, la imagen en la que nos vemos reflejados. Observar y observarnos con atención es descubrir, ver y reconocer los paisajes que nos definen y se extiende alrededor. XXX nos hace más sensibles y responsables con nosotros mismos, con los otros y con nuestro entorno.

El paisaje es privado, o al menos la idea que cada uno de nosotros imaginamos y construimos, pero al mismo tiempo es un reflejo de nuestra sociedad. Puede ser un ente abstracto, pura metáfora, o una estampa real y reconocible. Un espacio pequeño e íntimo, o un lugar sobrecogedor sobre el que volcamos nuestros recuerdos, percepciones y vivencias; nuestra habitación, nuestro barrio, la ciudad, el bosque, las montañas, la mar, el más allá… 

Tradicionalmente, el paisaje ha sido entendido como un espacio indómito o salvaje; selvas, desiertos, océanos, picos y valles, escenarios inmensos y sublimes que nos conectan con el animal que llevamos dentro. Sin embargo, esa “idea” de paisaje se ha ampliado y diversificado en las últimas décadas, y ya no es tan extraño oír hablar de paisajes urbanos, distópicos y postnaturales, de la memoria, sonoros, literarios, o incluso más recientemente de paisajes virtuales. 

Dirigido por Macarena Alés, comisariado por Juan Carlos Bracho y coordinado por Beli Lara y Raúl González, Una Idea de Paisaje se plantea como un proyecto desde el que abordar esa “idea” desde diferentes disciplinas: las artes plásticas, la artesania, la arquitectura, el teatro, el sonido, la palabra o el baile. El resultado de estos ejercicios se materializó y desarrolló en propuestas de naturaleza más clásica y académica, o en actividades más experimentales, ofreciendo un panorama amplio y sin fronteras conceptuales y estéticas sobre este “tema”, que intermitentemente ha recorrido la historia del arte y el pensamiento. 

Una Idea de Paisaje se construyó como un cuerpo de trabajo colaborativo y sin jerarquías definidas. Diferentes voces y sensibilidades que dibujaron un arco, un arcoíris plural, un paraguas de haceres y perfiles que fueron de lo profesional a lo amateur; artistas  autodidactas, estudiantes, noveles, de media carrera o consolidados; colectivos y asociaciones, hasta llegar y hacer cómplices a todo aquel que se animó a participar.

Durante trece semanas, y asi hemos estructurado esta publicación, semanalmente, la Galería Municipal Manolo Ales, y también las calles de La Línea, se tranformaron en un laboratorio de arte y acción intergeneracional y transversal de aprendizaje colectivo donde casi todo fue posible.

An idea of landscape. La Línea, Cádiz. March/June

Landscape is an emotional projection, it exists and is constructed within, but it is also the mirror in which we look, the image in which we see ourselves reflected. To observe and observe ourselves attentively is to discover, see and recognise the landscapes that define us and extend around us. XXX makes us more sensitive and responsible with ourselves, with others and with our environment.

Landscape is private, or at least the idea that each of us imagine and construct, but at the same time it is a reflection of our society. It can be an abstract entity, pure metaphor, or a real and recognisable image. A small, intimate space, or an overwhelming place on which we pour our memories, perceptions and experiences; our bedroom, our neighbourhood, the city, the forest, the mountains, the sea, the beyond…

Traditionally, landscape has been understood as an untamed or wild space; jungles, deserts, oceans, peaks and valleys, immense and sublime scenarios that connect us with the animal within us. However, this «idea» of landscape has expanded and diversified in recent decades, and it is no longer so strange to hear talk of urban, dystopian and post-natural landscapes, memory, sound, literary, or even more recently virtual landscapes.

Directed by Macarena Alés, curated by Juan Carlos Bracho and coordinated by Beli Lara and Raúl González, Una Idea de Paisaje was conceived as a project from which to approach this «idea» from different disciplines: visual arts, crafts, architecture, theatre, sound, words and dance.

The result of these exercises materialised and developed in proposals of a more classical and academic nature, or in more experimental activities, offering a broad panorama without conceptual and aesthetic boundaries on this «theme», which has intermittently travelled through the history of art and thought.

An Idea of Landscape was constructed as a collaborative body of work without defined hierarchies. Different voices and sensibilities that drew an arc, a plural rainbow, an umbrella of activities and profiles that ranged from professional to amateur; self-taught artists, students, novices, mid-career or consolidated artists; collectives and associations, until reaching and making accomplices of all those who dared to participate.

For thirteen weeks, and this is how we have structured this publication, on a weekly basis, the Manolo Ales Municipal Gallery, and also the streets of La Línea, were transformed into a laboratory of art and intergenerational and transversal action and collective learning where almost anything was possible.