a distancia más corta entre dos puntos es un salto en el tiempo. Galería Ángeles Baños. Badajoz. 2022

“La observación directa, que implica descubrir lo que sucede segundo a segundo, es en realidad una actividad increíblemente sintética (en su acepción de mezcla o combinación de elementos), y deriva de una compleja diversidad de hebras: de la suma de los recuerdos del pasado y de las percepciones del presente, de tiempos y lugares, de la historia colectiva y la historia particular…” El árbol, John Fowles.

“La distancia más corta entre dos puntos es un salto en el tiempo” es un proyecto específico -una gran instalacíón- pensado por Juan Carlos Bracho para el espacio de la Galería Ángeles Baños, en esta, su tercera exposición individual en nuestra galería. El punto de partida de este ejercicio es de nuevo su propio trabajo, en particular esa idea de narración circular de ida y vuelta desplegada en la planta primera de la Sala Alcalá 31 como parte de la exposición «Arquitectura y “Yo”», Madrid noviembre de 2019.

The Shortest Distance Between Two Points is a Leap in Time. Ángeles Baños Gallery. Badajoz. 2022

Ordinary experience, from waking second to second, is in fact highly synthetic (in the sense of combinative or constructive), and made of a complexity of strands, past memories and present perceptions, times and places, private and public history….” The Tree, John Fowles.

“The Shortest Distance Between Two Points is a Leap in Time”, is a project designed specifically for the space of Galería Ángeles Baños. The starting point of this exercise is once again Bracho’s own work, and in particular this idea of circular narration, looping from here to there and back again, just as it was laid out on the first floor of Sala Alcalá 31 as part of the exhibition “Arquitectura y ‘Yo’” [Architecture and “I”] (Madrid, November 2019).

Si en aquella ocasión las obras y los documentos seguían la estela de tiempo dibujada por la pieza mural «Yo también lo haría», en esta ocasión es una fina línea de horizonte -una mínima intervención trazada con carbón directamente sobre el perímetro de la galería- la que señala el recorrido.

Un horizonte es frontera, límite, un más allá íntimamente relacionado con lo otro, lo diferente, con el viaje, el sueño y la utopía; lo imaginado, lo visible -aunque sea de lejos- y lo invisible. Y qué mejor espacio que ese lugar para desplegar una serie de proyectos que se quedaron en el camino, tomaron vías alternativas, no llegaron a cobrar forma física, están en ello, o cuyos procesos son un continuo cambio en el tiempo.

Formalizar esas ideas a través de dibujos, textos, maquetas e intervenciones en el propio espacio de la galería -que se convierte de alguna forma en un laboratorio donde algunas de ellas son testadas por primera vez- es ponerlas en relación, en diálogo, y evidenciar que una obra/idea existe en muchas realidades paralelas y complementarias que se suman, se solapan y nunca son excluyentes; desde esa “primera revelación”, que queda casi siempre anotada en sus cuadernos de trabajo, hasta el momento y el tiempo de su ejecución, su presentación y lo que viene después.

If on that occasion the work and documents followed the wake of time as delineated by the mural piece “Yo también lo haría” [I Would Do It Too], on this occasion it is a narrow horizon line—a minimal intervention traced out in charcoal directly along the gallery’s perimeter—that marks out the route. A horizon is a frontier, a limit, something beyond which is intimately related to the other, to what is different; it is related to the journey, dreams and utopia, to the imaginary, to what is visible—however far away—and invisible. And what better space than that site from where to unfold a series of projects that were left unfinished along the way, took alternative paths, never ended up taking physical form, are still pending, or whose processes are continually changing over time?

To formalise these ideas through drawings, texts, maquettes and interventions in the gallery space itself—which in a certain way is converted into a laboratory, where some are tested for the first time—is to relate them to each other, to put them into dialogue, making clear that a work/idea exists in many accumulative, overlaying parallel and complementary realities, one never excluding the other—from this “first revelation”, which is almost always annotated in his notebooks, to the moment and time of its execution, presentation and whatever comes after.